
Consejos para superar la vuelta a la rutina
La capacidad que tenga una persona para adaptarse al contexto en el que vive es un fuerte indicador de salud psicológica. Uno de los momentos típicamente conocidos por su dificultad de adaptación en la población general es la vuelta de las Vacaciones o Festividades Navideñas, momento en que todos o, al menos, la mayoría regresa a su rutina habitual con las responsabilidades y exigencias que conlleva el día a día.
Durante los primeros días o primeras semanas, podemos sentir tristeza, apatía, angustia y no tener ganas de volver al trabajo, ya que durante las vacaciones, se modifican actividades, rutinas, horarios, hábitos de sueño y alimentación.
La vuelta a la rutina nos afecta de manera diferente a cada uno de nosotros, influyendo también otros factores como la duración de las vacaciones, el tipo de vacaciones, etc.
Cómo sobrellevar la vuelta a la rutina desde la psicología
Ten en cuenta que dicho malestar es temporal y tiene fecha de caducidad, por tanto, no le prestes mucha atención, ¡Es normal sentirse así! Forma parte de un proceso de adaptación.
Los comienzos son duros, pero recuerda que no tienes que hacerlo todo a la vez ni a lo loco. El ser humano tiende a “pensar a lo grande” y es genial, pero no es así como funcionamos. Nuestra atención y recursos son limitados, por tanto, debemos «actuar y vivir en pequeño» para conseguir lo que queremos con calidad de vida.
A continuación Massvital os propone una serie de pautas que pueden hacer tu vuelta a la rutina más llevadera:
- Empieza por elegir una actividad que te guste y que hayas dejado un poco apartada durante las vacaciones/fiestas.
- Es probable que hayamos cambiado alguno de nuestros hábitos y horarios durante ese tiempo. Para volver a regular nuestro biorritmo al de la rutina es recomendable implementar de nuevo dichos hábitos poco a poco, incluso, si fuese posible, antes de que acabe el periodo vacacional. Por ejemplo, los días anteriores puedes empezar por acostarte o comer a la misma hora habitual, y así con otros hábitos rutinarios como la lectura o el deporte.
- Organízate: Coge tu agenda (si la tienes) o hazte una especie de “plan de acción”, al menos para la primera semana: te ayudará a saber de dónde partes, a situarte. Establece prioridades: trabajo, estudios, hogar, ocio… Planifica las tareas necesarias en las diferentes áreas y céntrate en lo que más urge resolver, ya que durante las fiestas se tiende a huir de los problemas o no pensar mucho en ellos. Disminuirá esa sensación de «estar un poco perdido/a» a la vuelta.
- Una vez incorporados a la vida laboral, se ha de ir regulando la intensidad de la actividad del trabajo (en la medida que sea posible) para que el cambio no sea tan brusco y vayamos volviendo a la rutina de una forma más fluida y no tan forzada.
- Aprovecha la carga de energía que ha reportado este periodo para proponerte nuevos propósitos que te ayuden a crecer y desarrollarte como persona, tanto en el terreno laboral como en el resto de campos vitales. ¡Puede ser una inyección de motivación!
Y sobre todo, date tu tiempo, el que sea necesario: Recuerda que no todos somos iguales. ¡Tu bienestar está en juego! Así que, hagas lo que hagas, hazlo con paciencia, con cariño y estima.