¿Cómo controlar una crisis de ansiedad?

¿Cómo controlar una crisis de ansiedad?

Consejos básicos para llevarnos bien con la ansiedad

Ya hemos mencionado en numerosas ocasiones que la ansiedad es un fenómeno que experimentan todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación a nuestro medio.

Nos ayuda a movernos ante situaciones que nos preocupan o resultan ser una amenaza, de forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo de una forma adecuada.

El problema surge cuando las emociones vienen de forma inesperada, en situaciones en las que ni la lucha ni la huida son los comportamientos adecuados. Ese rechazo nos bloquea en ese momento, obstaculiza nuestro comportamiento y damos respuestas de activación inadecuadas: Nuestro pensamiento está acelerado, nuestros músculos tensos, la respiración agitada, emociones molestas y desagradables…Si es así, seguramente estés sufriendo un ataque de pánico o crisis de ansiedad.

¿QUÉ ES UN ATAQUE DE PÁNICO EXACTAMENTE?

Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Estos episodios pueden causar mucho miedo en la persona, junto con sensaciones de pérdida de control, incluso llegando a creer que está teniendo un ataque cardíaco o, incluso, que va a morir.

Otros síntomas que pueden aparecer son palpitaciones, dolores en el pecho, mareos o vértigos, náuseas o problemas estomacales, sofocos o escalofríos, falta de aire o una sensación de asfixia, hormigueo o entumecimiento, temblores, entre otros.

Muchas personas tienen solo uno o dos ataques de pánico en toda su vida, y el problema quizás desaparece cuando se resuelve la situación estresante. Sin embargo, si tienes ataques de pánico inesperados y recurrentes, y pasas mucho tiempo con miedo constante de sufrir otro ataque, es probable que tengas una afección llamada «trastorno de pánico».

A pesar de que los ataques de pánico en sí mismos no ponen en riesgo la vida, pueden provocar mucho miedo y afectar, de manera significativa, la calidad de vida de la persona.

¿QUÉ HACER SI ME ENCUENTRO EN ESTA SITUACIÓN?

Llegados a este punto, hay que recalcar la importancia de acudir a un profesional de la Medicina, la Psicoterapia o ambos al mismo tiempo.

Estos pueden ayudarte a entender qué es lo que te ocurre, comprender que son los ataques de pánico y enseñarte a gestionarlos. Además, hay que contemplar la posibilidad-momentánea- de ingesta de medicamentos que ayuden a disminuir la intensidad de ciertos síntomas, muy difíciles de manejar para la persona en un principio, mientras dura la intervención y el proceso psicoterapéutico.

No obstante, existen una serie de consejos y pautas que la persona puede seguir, paralelamente al tratamiento. Desde Massvital os proponemos algunos:

  1. Sea lo que sea, aunque parezca y creas que no puedes, inténtalo: Sólo así sabrás realmente si te faltan recursos o si esa creencia de “no poder” viene producto del estado en el que te encuentras.
  2. Sigue tu plan de tratamiento. Afrontar los miedos puede ser difícil, pero el tratamiento puede ayudar a sentirte mejor, con más fuerza de cara a enfrentar todo el proceso.
  3. Habla, expresa, desahógate: Cuenta lo que te pasa, cómo te sientes, y tus preocupaciones. Somos como un muelle que se va estirando hasta que llegado el momento, si no puede más, se suelta y golpea a alguien…
  4. Únete a un grupo de apoyo: Conectar con otras personas que enfrentan los mismos problemas que tú hará que os sintáis más comprendidos/as, además de normalizar la situación.
  5. Expresarse no significa ofender: Defiende tus derechos pero hazlo de manera adecuada, correcta y educada, es decir, sé asertivo-a. Al principio puede que te dé vergüenza, o cierto miedo, es normal ya que es algo que no sueles hacer y cuesta.
  6. Evita la cafeína, el alcohol, el tabaco y otras drogas. Todas estas sustancias pueden desencadenar o empeorar los ataques de pánico.
  7. Para, baja el ritmo: El estrés no es de gran ayuda en tu situación. No es momento de embarcarse en nuevos proyectos ni asumir más responsabilidades. Es momento de recuperarse, ganar salud y calidad de vida. Luego, podrás iniciarte en lo que desees.
  8. Pon en práctica técnicas de relajación y control del estrés, como por ejemplo yoga o MINDFULNESS. Se ha comprobado que su práctica continuada baja los niveles de estrés y ansiedad. ¿Quieres aprender más sobre qué es el Mindfulness y de qué se trata? ¿Te gustaría iniciarte en esta práctica? En nuestra página web, concretamente en la entrada MINDFULNESS encontrarás toda la información.
  9. Realiza actividad física. La actividad aeróbica puede tener un efecto relajante sobre tu estado de ánimo, concretamente deteniendo las respuestas de activación en las vías ventrales del hipocampo vinculadas con respuestas de estrés y ansiedad.
  10. Duerme lo suficiente: Descansa para evitar sentirte somnoliento-a durante el día y tener un sueño reparador.