
Depresión Postparto: Causas y síntomas
¿Puede deprimir la llegada de un bebé?
La llegada de un nuevo miembro a la familia no siempre es motivo de alegría para la madre, incluso por muy deseado que pueda ser dicho nacimiento. Existen muchas investigaciones que demuestran el riesgo de aparición de depresión postparto en la fase puerperal (10-15% según registraron en el 2007), y es que hacerse responsable del bienestar de una persona tan vulnerable como lo es un bebé, puede traer grandes cambios a la vida de la madre, los cuales pueden resultar estresantes.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas propios de la depresión postparto son muy parecidos a los de una persona que esté atravesando un cuadro depresivo, observándose sentimientos y sensaciones de desánimo, tristeza y ganas de llorar debido a pensamientos del tipo “no soy buena madre” o “¿por qué me siento así de desdichada cuando debería ser capaz de hacer frente del cuidado de mi bebé feliz y motivada?” Como consecuencia, estas madres llevarán consigo una carga de culpa que empeorará aún más su sufrimiento.
Además, se unen sensaciones de ansiedad y tensión que vienen de la mano de las preocupaciones generadas por la inutilidad que sienten y otros miedos: Miedo a salir a la calle, a verse sola o a quedarse a solas con el bebé; sin dejar atrás la angustia que les genera el cambio físico al que se enfrentan después del parto, unido a una gran irritabilidad, sensaciones de rabia o enfado.
Como he comentado líneas más arriba, la culpa es bastante común en estas mujeres, además de la frustración sentida al no verse capaces como cuidadoras: “he fracasado como madre”. Este tipo de pensamiento en una sociedad donde aún se usa la maternidad como medida de valía o no en las mujeres puede suponer un gran pesar y vacío, llegando incluso a sentirse fracasadas como mujer.
¿Cómo afecta todo esto a sus vidas?
Por otro lado, esta situación puede traer consigo unas consecuencias que, además de alimentar el problema existente, hace que surjan otros en las demás áreas de su vida, por ejemplo:
- Problemas con la pareja.
- Trastornos del sueño- o bien duermen a todas horas o presentan dificultad para dormir e insomnio-.
- Dificultad para tomar decisiones, lentitud y problemas de concentración.
- Pérdida del deseo sexual.
- Se descuidan y pueden aparecer problemas de salud.
- Cansancio, agotamiento.
- Aislamiento social.
Se pueden dar casos donde los episodios depresivos sean de larga duración, llegando a afectar y deteriorar el vínculo materno-filial, inundándolo de sentimientos negativos o ambivalentes de la madre hacia el bebé. Esto puede probabilizar la aparición, en un futuro, de problemas psicológicos en el niño, afectando a su identidad, maduración y desarrollo cerebral.
En su vertiente más grave, encontramos el riesgo de suicidio que puede presentar dichas madres, incluso pueden darse casos donde asesinen a sus bebés para seguidamente acabar con sus propias vidas.
¿Cuáles son los factores que predisponen a desarrollar este tipo de depresión?
-A. Que la futura madre presente una Personalidad Neurótica: Factor que se identifica en personas con tendencia a sufrir estrés psicológico y con ineficaces estrategias de afrontamiento. Se ha visto que, madres con altas puntuaciones en este factor, predispone la aparición de dicha psicopatología.
-B. Sociodemográficas y clínica:
- Bajo estatus socioeconómico.
- Nivel de estudios bajo.
- Encontrarse en situación de desempleo.
- Vivir el embarazo durante la adolescencia.
- Juventud de la madre.
- Embarazo no planificado.
- Embarazos de alto riesgo, o con complicaciones.
- Que el bebé sea prematuro.
– C. Que durante el embarazo …
- La madre presente creencias y pensamientos disfuncionales.
- El cambio físico que experimenta la futura madre afecte a su autoestima. Esto dejará mucha más huella si, ya antes del embarazo, la imagen corporal de estas mujeres no les era agradable o no se gustaban a sí mismas.
- Exista un deterioro de la relación con la pareja.
- Presente desórdenes ansiosos y depresivos.
¿Cómo podemos prevenir su aparición?
Ya que conocemos bastantes factores que probabilizan la aparición de una depresión postparto, podemos adelantarnos. Centrar la intervención en la reducción del impacto de la nueva situación y en la aparición de síntomas en la población de riesgo es una de las vías más útiles: la atención psicológica individual y personalizada durante el embarazo puede ayudar a que estas madres creen y desarrollen estrategias de afrontamiento para la maternidad junto a seguimientos cercanos después del parto para detectar posibles síntomas depresivos tan pronto como sea posible. Todo ello puede contribuir a que esta situación se viva y se afronte de la mejor forma, sin que las repercusiones sean muy graves en sus vidas ni en la de los neonatos.
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