Disonancia Cognitiva: La Teoría que explica el Autoengaño

Disonancia Cognitiva: La Teoría que explica el Autoengaño

El psicólogo Leon Festinger acuñó el término “Disonancia Cognitiva” en los años 50, haciendo referencia al mecanismo de defensa mental que ayuda a que nuestras creencias, actitudes y conductas sean más coherentes para nosotros.

Los individuos tenemos la fuerte necesidad de que aquello que pensamos, sentimos y hacemos sea consistente y se encuentre en equilibrio. Es decir, tiene que tener un sentido. Cuando existe inconsistencia entre estos aspectos, aparece un conflicto que conduce a la falta de armonía, algo que la gente se esfuerza por evitar. Por tanto, a mayor incomodidad, mayor será el deseo de reducir dicha disonancia, tanto así que puede llevar incluso al autoengaño para reducir el malestar que produce.

Ejemplos de esto suele darse en las relaciones de pareja: Cuando das con una pareja cuyos valores son muy diferentes a los tuyos puedes entrar en la justificación para amortiguar la frustración que este hecho supone. Es lo que ocurre cuando las mujeres maltratadas terminan creyendo que se merecen ser pegadas, vejadas o insultadas, ya que lo ven como consecuencia de “un mal momento” por el que sus parejas están atravesando y terminan perdonando siempre.

También se da en el mundo empresarial, cuando los trabajadores llevan a cabo tareas que pueden perjudicar a otros porque necesitan el dinero- por ejemplo, vender material en malas condiciones- o sus sueldos no compensan lo suficiente. Suelen cambiar de creencias, buscan justificaciones que disminuyan la disonancia de “trabajar mucho-cobrar poco” –no tiene sentido en nuestra cultura-. Y los vemos en nuestro día a día, como en los refranes del tipo “a quien madruga, Dios le ayuda”, los cuales también tienden a reducir la disonancia: “lo coherente es dormir hasta hartarse si me apetece”. O los fumadores: “de algo hay que morir”. Es otra forma de autoengañarse y reducir el malestar que les genera la realidad de que están perjudicando su salud en vida.

Aceptar la Mentira como Verdad: La Relación que existe entre la Mentira y la Disonancia

Ya hemos visto cómo las personas reajustan sus ideas, valores y/o principios para así poder autojustificarse y evitan las situaciones e informaciones que podrían causar el malestar de dicha realidad.

Tanto es así, que existen embusteros que se creen sus propias mentiras como mecanismo de defensa.

Sin embargo, esto no es tan fácil, ya que-y en palabras del propio Festinger- Las personas nos sentimos incómodas cuando mantenemos simultáneamente creencias contradictorias o cuando nuestras creencias no están en armonía con lo que hacemos».

Por tanto, cuando nuestros principios entran en conflicto con lo que hacemos, viene acompañado generalmente por sentimientos de culpa, enfado, frustración o vergüenza. Es lo que ocurre, también, en casos de infidelidad: Si para nosotros es un valor importante la sinceridad y el serle fiel a la pareja, por mucho que queramos justificar ese acto con argumentos del tipo” la relación estaba muerta” o “ya no me escucha y he tenido que buscar calor en otra persona”, el malestar estará ahí, ya que si es cierto lo anterior, este hecho no resuelve el problema. Todo lo contrario: añade sufrimiento a nuestra vida.

Concluyendo…

Es normal que en el día a día usemos “trampas” para vivir mejor, pero cuidado: No es lo mismo “autoengañarse” o decirse algo para llevar bien un madrugón en el trabajo-algo bastante común si no te gusta madrugar-, que algo que perjudique cada día nuestra salud-beber, drogarse, hacer daño, etc…-Es ahí donde está la diferencia.