
¿Qué hacen los psicólogos para tratar el TOC? (Trastorno obsesivo Compulsivo)
Índice de Contenidos
(Para profundizar más, si lo deseas, tenemos en la WEB ciertas publicaciones relacionadas con el tema: «Obsesiones», «¿Qué es la compra compulsiva o adicción a las compras?«, «¿Por qué las personas inteligentes se agobian más bajo presión?«)
¿Qué es el TOC y cuáles son sus síntomas?
El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno de la ansiedad, y por lo tanto se caracteriza por estar asociado a sensación de temor, angustia y estrés continuado, de manera que supone un problema para el día a día y repercute negativamente sobre la calidad de vida de la persona en prácticamente todos sus ámbitos.
En el caso concreto del trastorno obsesivo-compulsivo, el motor de estas crisis de ansiedad es el ciclo obsesión-compulsión:
Las obsesiones son fundamentalmente imágenes o pensamientos intrusivos, que surgen en la consciencia de la persona “atrapando” el foco atencional de esta, y generando una respuesta emocional fuertemente negativa, ligada a la ansiedad. Estas piezas de imaginación pueden ser, por ejemplo, la imagen de una gran capa de gérmenes invadiendo nuestras manos y comiéndoselas poco a poco, o un agujero abriéndose bajo nuestros pies o algo tan simple como la creencia de que la puerta está abierta.
Las compulsiones son las acciones que la persona lleva a cabo para bajar la ansiedad que le genera esos pensamientos o la posibilidad de que esas creencias sean ciertas. El problema viene de que esos “rituales” también forman parte del problema, ya que requieren algún coste: restan tiempo o calidad de vida a la persona. Además, son estereotipadas y vienen de la mano de un impulso irrefrenable, de la necesidad de realizar ese acto para hacer que la obsesión se vaya (por el momento) y nos volvamos a sentir seguros o relativamente bien. Estas acciones pueden ser físicas o mentales. Además, se siente que estas conductas deben ser realizadas de manera muy cuidadosa para que la obsesión desaparezca, y siempre en el mismo orden; si no se hace bien, se vuelve a empezar. Ejemplos de compulsiones pueden ser: Lavarse las manos repetidamente y siempre de la misma manera, comprobar algo a la misma hora o hacerlo un número de veces en concreto, limpiar una silla pasando un papel por determinados sitios y en cierto orden, rascarse ciertas partes del cuerpo siguiendo un patrón sistematizado, rezar o repetir mantras, etc.
¿Qué hacen los psicólogos para tratar el TOC?
Me gustaría recalcar que todo lo que hemos visto resumido aquí sobre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo es más complicado de lo que parece, y lo mismo ocurre con su Tratamiento.
Se trata de un proceso que requiere del trabajo conjunto del psicólogo y del paciente, y de la realización de ejercicios entre sesión y sesión por parte de este último (siguiendo las instrucciones del psicoterapeuta). El trabajo del psicólogo no es solo el de dar instrucciones, sino también el de “entrenar” literalmente a la persona para desprenderse del TOC poco a poco, mediante una transformación de los hábitos y de la manera de actuar, así como ofrecer las herramientas pertinentes para la gestión de emociones difíciles.
Una de las estrategias más eficaces se llama Exposición y Prevención de Respuesta: Se trata de una técnica llevada a cabo en consulta donde, primero, se entrena al paciente para que se abra a la experiencia de sentir la ansiedad que le generan esos pensamientos y que aprenda a lidiar con ese malestar momentáneo, sin necesidad de realizar la compulsión.
De esta manera, el paciente experimenta cómo es posible gestionar y sostener la ansiedad sin que nada malo pase más allá de sus pensamientos o creencias, y empieza a dejar de ver la compulsión como la única salida a esa situación. A medida que se va avanzando en el tratamiento, la obsesión va perdiendo fuerza y la necesidad de realizar la compulsión ya no es tan intensa. La persona toma una perspectiva más flexible, donde está más centrada en la experiencia y no se deja llevar tanto por el mundo de la mente.
En ocasiones puede ser necesario transformar el sistema de creencias irracionales de cada paciente. Esto es así porque, en muchas ocasiones, la costumbre de someterse a las compulsiones puede llevar a las personas a creer total o parcialmente que algo muy malo les pasará si no ponen fin a la obsesión mediante un ritual (la compulsión); este es un ejemplo de pensamiento mágico o supersticioso que refuerza la existencia del trastorno y a la vez surge de este.
Esto consiste en llevar al paciente a cuestionarse estas creencias, a ponerlas a prueba y ver en qué medida se ciñen a la realidad.