
Ser impulsivo, ¿Tiene solución? Cómo controlar la impulsividad
Hay personas que se exaltan demasiado cuando hablan y eso hace que la comunicación no sea fluida, otras tienen problemas a la hora de regular sus comportamientos espontáneos, etc. Seguramente sea una cuestión de control de impulsos… ¿Qué hacer?
Veamos primero a qué nos referimos con impulsividad: Se trata de la tendencia a realizar y mantener una conducta sin tener en cuenta los efectos y consecuencias que esos actos puedan ocasionar, tanto para uno mismo y/o como para los demás.
¿Cuál puede ser el motivo de las personas impulsivas?
Hay gente que tiene la necesidad de tener siempre la razón o de satisfacer algún deseo. Otras personas simplemente tienen poca paciencia, hay personas que no saben perder, hay personas que tienden a imponer sus ideas o puntos de vista porque sienten que tienen que «ganar» y se valen de cualquier conducta sin valorar el impacto en sus vidas o en la de los demás.
Considerando el autocontrol como una de las fortalezas personales que facilita la regulación de impulsos, es preciso destacar que ya desde la infancia se puede enseñar dicha habilidad, a pesar de que algunos de estos comportamientos puedan ser heredados. Por ejemplo, puede venir de ver en casa un comportamiento demasiado autoritario o agresivo de los padres; del colegio, donde el profesor imponía sus ideas y puntos de vista sin dar lugar a cualquier tipo de razonamiento posible, etcétera. Otras personas utilizan esta agresividad como válvula de escape a sus iras, a sus enfados, a su rabia y a su estrés.
Sin embargo, ya de adultos, podemos seguir aprendiendo estrategias útiles para hacer un uso adecuado de nuestros impulsos y apetencias.
Desde MASSVITAL os queremos ofrecer una serie de pautas para que las personas con alta impulsividad puedan ejercer cierto control sobre sus actos y que no repercutan de forma negativa en sus vidas:
- Pregúntate qué provoca esa Impulsividad.
El primer paso para iniciar una serie de cambios en cualquier conducta impulsiva es saber qué estímulos o situaciones nos provocan esas sensaciones que al final nos dominan. Así podremos empezar a poner remedio al ser más conscientes de los eventos que potencian nuestra impulsividad.
Una buena forma de empezar puede ser realizando un registro donde anotar qué situación o estímulo ha provocado dicha respuesta, cómo nos hemos sentido y cuál ha sido nuestra reacción o forma de actuar.
- Practicar Meditación.
Meditar 10-15 minutos al día puede ayudar a la toma de consciencia del momento presente y favorecer el estado de calma mental y física donde reina una mayor aceptación de lo que sucede, sin oposición o resistencia constante.
- Conoce tu Estado Interno.
En muchas ocasiones estamos expuestos a tal cantidad de estímulos externos que entorpecen y dificultan el propio autoconocimiento, nos distraen y respondemos de forma impulsiva. Prestar atención al estado interno es un paso fundamental para promover el autocontrol. Toma consciencia de tus emociones en diferentes momentos del día.
- Cuida la alimentación y disminuye las bebidas con cafeína o estimulantes.
Con esto no quiero decir que si te tomas un café te vuelvas impulsivo/a, pero sí es cierto que dosis altas pueden sobreexcitarnos y favorecer la impulsividad. De igual forma, el alcohol y otras drogas entorpecen la capacidad de autocontrol.
Además, muchos expertos creen que el azúcar disminuye el efecto en el organismo de las vitaminas, las enzimas y los minerales, algo necesario para estabilizar el estado de ánimo. Por tanto evita ultraprocesados ricos en este componente.
- Para, Observa y Actúa con sentido.
Contar hasta diez antes de actuar puede ser una buena estrategia para dar tiempo y pensar antes de responder. ¡No hay prisa!
Identificar los pensamientos que desencadenen estallidos de rabia o emociones intensas adversas y observarlos puede ayudarnos a tomar perspectiva del problema y valorar otras posibilidades.
- Gestión de emociones de forma inteligente.
Una vez que identificas esos pensamientos; percibir, conocer y regular tus propias emociones puede darle más calidad a los diferentes ámbitos de tu vida (personal, profesional, etc…).
- Ten un amplio abanico de Autoinstrucciones y/o Autofrases: La caja de herramientas.
Por desgracia a veces ocurre que a pesar de llevar a cabo las pautas anteriores, la impulsividad puede resurgir de sus cenizas.
Por lo tanto. ¿Qué hacer para conseguir responder igualmente de manera eficaz? Decirnos a nosotros mismos qué pasos podemos dar o cómo vamos a responder ante una situación nos permitirá reflexionar sobre ella y percibir si se trata de una respuesta útil o no.
Elaborar unas dinámicas de lenguaje interno, o incluso verbalizar en voz alta, nos permite ser conscientes de nuestros pensamientos y, por lo tanto, corregirlos con mayor facilidad.
RESUMIENDO…
Potenciar la Consciencia observando nuestro Mundo Interior y nuestra Forma de Actuar, permitirá elaborar pautas de actuación y pensamientos alternativas muchos más eficaces. Si conseguimos realizar estas conductas las veces suficientes llegarán a convertirse en hábito y reducirán el problema de la impulsividad, y para ello es componente fundamental tomarse en serio las consecuencias de nuestros actos, así como el efecto que tienen nuestras conductas en otras personas, es decir, RESPONSABILIZARSE DE NOSOTROS MISMOS.
Reflexiona antes de actuar y La Culpa o el Arrepentimiento tendrán mucho menos protagonismo en tu vida.