¿Por qué no soy feliz en Navidad?

¿Por qué no soy feliz en Navidad?

La Navidad, en nuestra cultura, es un periodo de celebración cargado de eventos que nos sacan de nuestra rutina habitual. La Navidad y el cambio de año se nos presentan socialmente como épocas llenas de felicidad, alegría, cariño … sin embargo, no todos vivimos estas fiestas del mismo modo. Por ejemplo, para aquellas personas que les cuesta sociabilizar, pensar en las festividades y en las situaciones que tendrá que enfrentar les puede causar una gran ansiedad. Otras personas que se refugian en el trabajo o que necesitan tener el tiempo ocupado, pueden sentir malestar al no saber en qué invertir el tiempo durante las vacaciones de Navidad. Y así, cada individuo dependiendo de su historia vital, vivirá estas fechas de una forma placentera o con un gran pesar.

¿A qué puede deberse dicha insatisfacción o cuáles son los motivos más comunes? 

  1. Pérdida de seres queridos.
  2. Problemas económicos.
  3. Roces familiares.
  4. No haber conseguido los objetivos propuestos durante el año.
  5. Problemas de pareja.
  6. Estrés laboral.
  7. Cansancio acumulado.
  8. Presión: No gustarte nada de lo que se celebra o no sentirse de la manera que se espera, y terminas obligándote a vivirlo como los demás.
  9. Etcétera.

Todos estos problemas son más notorios en estas fechas debido a que «todo» tiene que ser «perfecto»: armonía, paz y amor. Pero … Si mi pareja y yo nos insultamos, si no me hablo con mi hermano, si no me he sacado el curso y quedan 10 días para que termine el año, si me encuentro cansad@ y no tengo fuerzas para irme a la fiesta de Navidad…  «entonces… ¡Soy un bicho raro, no soy como los demás!, ¿y qué le voy a decir a Fulanita y Menganita cuando me pregunten que dónde paso la Noche Buena si no me hablo con mi madre?…»  y ahí viene el sufrimiento…

¿Cómo puedo disfrutar más de las navidades?

En Massvital estamos al tanto de todo esto, así que a continuación ofrecemos una serie de recomendaciones y pautas para disfrutar más de las Navidades y que no se convierta en ese periodo que muchas personas rechazan y temen por los motivos anteriormente mencionados:

  1. Para empezar, no tienes por qué obligarte a sentir ni vivir La Navidad como la sociedad pretende. Respeta a los demás, y lo más importante: respétate a ti mism@ como individuo, con preferencias y gustos particulares que no tienen que ser los que la sociedad te marque.
  2. Anticípate y sé claro con los demás: No tienes que ocuparte de todo. Delega y reparte las tareas si es que vais a celebrar en casa algún evento y si por un casual no te apetece ser el anfitrión de las festividades de este año, propón celebrarlo en otro lugar o fuera si fuese viable.
  3. Mantén tus rutinas agradables en la medida de lo posible. Durante las fiestas solemos cambiar nuestras rutinas y horarios, pero no hay motivo para abandonar aquellas actividades que más nos gustan en nuestro día a día. Por ejemplo: hacer deporte, leer, pasear, fotografía, talleres, pintar, etc.
  4. Centra tu atención y no te dejes dominar por los pensamientos y presiones: Es normal sentirnos de una determinada manera si no tenemos dinero, faltan seres queridos o estamos atravesando una situación difícil. Pero eso no es motivo para estar todo el día quejándonos. Recuerda que «a nadie le amarga un dulce», y que en este tipo de eventos pueden haber cosas donde centrase que no te causen ese pesar, por ejemplo: amigos, familiares, comer cosas ricas, jugar o bailar, tiempo para viajar… Cambia la perspectiva.
  5. Resuelve los problemas durante el año: No te metas prisa ahora. Lo que a uno le preocupa o le es importante de resolver no se soluciona de forma rápida y sencilla. Solo puede añadir más fuego y presión al asunto.
  6. Ajústate a tu realidad y abandona las expectativas: Tú eres tú y tus circunstancias. Si no te ha dado tiempo a conseguir algo este año, valora si ha sido por una cuestión de expectativas inalcanzables o bien por algo que se te ha escapado, no has trabajado y ponte a ello.

Y sobre todo recuerda: Vive las Navidades como te dé la gana. Tú eres dueño-a de tu vida. Date permiso para llorar o reír. Se trata de tiempo, nada más. Tiempo al que le hemos puesto nombre, fecha, normas y emociones. Pero eso no significa nada.

¡Esperamos que el post os haya ayudado de alguna forma!