La música forma parte de nuestro entorno, está en todas partes. Parece que escucharla es un acto que nos genera bienestar y placer. Acudimos a conciertos y disponemos de tecnologías que la reproducen, ya sea para disfrutar creándola o saboreando su sonido. Interpretamos y consumimos música.

Por ello, la ciencia se pregunta ¿Qué ocurre en las personas para que la música sea tan aclamada y utilizada? ¿Qué le hace la música a nuestro cerebro? ¿En qué nos ha ayudado, si es que lo ha hecho, a evolucionar como especie?

Algunas de estas respuestas han sido resueltas gracias al estudio de la respuesta cerebral en presencia de música.

Entre alguno de los resultados, se ha visto que las áreas clave involucradas son las del control y la ejecución de movimiento. A raíz de esto se creó la siguiente hipótesis: la razón por la que se desarrolló la música fue para ayudarnos a movernos juntos. Esto parece beneficioso a nivel evolutivo debido a que cuando la gente se mueve al unísono tiende a actuar de forma más altruista y a estar más unida.

Otros estudios han centrado sus observaciones en descubrir los mecanismos neuronales de percepción musical y observar qué es lo que ocurre en el cerebro. Se ha descubierto que leer, resolver problemas matemáticos, o hacer música activa las mismas áreas. Además, se han registrado diferencias entre los que oyen música y los que además de oírla, la producen, ya sea componiendo o tocando algún instrumento musical. Los resultados muestran que cuando creas e interpretas, hay un mayor número de áreas activadas.

¿Cómo es qué la música incrementa la memoria?

¿Por qué ocurre esto? Tocar un instrumento involucra casi todas las áreas de la Corteza Cerebral, fortaleciendo así las funciones intelectuales para un mejor desempeño en otras actividades. Hacer música implica un desarrollo a nivel cerebral y de las capacidades cognitivas, ya que se combina el trabajo de los dos hemisferios cerebrales: Por un lado, se fortalece la precisión lingüística y matemática de la que se encarga el hemisferio izquierdo. Por otro, existe un desarrollo de la creatividad, de la que se ocupa el hemisferio derecho. Esta razón hace que crear, tocar y producir música aumente el volumen y la actividad del puente que conecta los dos hemisferios: El cuerpo Calloso. Es decir, actúa de forma más rápida y por un mayor número de rutas, lo que permite resolver problemas de forma más rápida y creativa. Además, ya sabemos que interpretar música implica de por sí una comprensión de su contenido emocional para poder transmitirlo como mensaje al público. Por todo ello, estas personas tienen un nivel más alto en funciones ejecutivas, entre ellas la memoria. De hecho, se ha visto en ciertas investigaciones que los músicos tienen mejor capacidad de producir, registrar y recuperar recuerdos, en comparación con personas no músicos.

‘Musicoterapia’

Por tanto, tiene sentido que el campo de la clínica y la salud se valga de la música con el fin de mejorar, mantener o intentar recuperar el funcionamiento cognitivo, físico, emocional y social de las personas.

La musicoterapia, a través de la utilización clínica de la música, busca activar procesos fisiológicos y emocionales que permitan estimular funciones disminuidas o deterioradas y mejorar el efecto de tratamientos convencionales. Se han observado importantes resultados en pacientes con trastornos del movimiento, dificultad en el habla producto de un accidente cerebrovascular, demencias, trastornos neurológicos y en niños con capacidades especiales, entre otros.

La música puede ser una herramienta poderosa en el tratamiento de trastornos cerebrales y lesiones adquiridas ayudando a los pacientes a recuperar habilidades lingüísticas y motrices, ya que, como hemos visto, activa a casi todas las regiones del cerebro. Y algo súper importante: Estas nuevas terapias basadas en la música pueden favorecer la neuroplasticidad, es decir, la creación de nuevas conexiones y circuitos cerebrales, compensando así, en parte, las deficiencias en las regiones dañadas del cerebro.

Además, la música anima a la gente a moverse con el ritmo. Cuanto más destacado es el ritmo, más radical y contundente es el movimiento del cuerpo, y ya sabemos que el ejercicio físico puede ayudar a mejorar la circulación, a proteger el cerebro y facilitar la función motora.

Finalmente y no menos importante: la música favorece la inducción de ciertos estados emocionales, por ello también su utilización en talleres y como herramienta psicoterapéutica. Se liberan ciertas sustancias químicas-una de ellas es la dopamina-que producen estados de ánimo positivos y placenteros, lo que a su vez puede ayudar a la rehabilitación o la mejora de alguna psicopatología.

No obstante, los beneficios de la música en la población en general son más que evidentes…así que desde MASSVITAL, siempre en pro del bienestar y salud de las personas, te damos un consejo y es que …

¡Bailes al son de algún sonido, muévete, pon tu música favorita en el coche, mientras haces deporte!…o si lo que buscas es concentración, o relajarte sin más… ¡haz uso de alguna pieza de música clásica mientras te duchas, estudias o trabajas! Pruébalo, no pierdes nada, y si notas mejorías o te ayuda en la realización o desempeño de alguna tarea… ¡Bienvenido sea! Se trata de que un@ mism@ cree su propia caja de herramientas, personal e intransferible.

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