“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”
Charles Darwin.
En estos días de confinamiento, todos nos encontramos buscando y explorando diferentes mecanismos donde nos estamos intentando adaptar a una situación sin precedentes. Resultará ser más fácil para algunos, y quizá más difícil para otros. Lo que está claro es que estamos inmersos en un malestar generalizado. Sentimos angustia, incertidumbre, dolor por el mal ajeno, miedo…
Por ello, desde MASSVITAL queremos ayudaros con el ejercicio de la Pausa de la Autocompasión.
Este ejercicio calmará vuestro ajetreo mental y os aportará serenidad y claridad, pudiendo facilitar la respuesta y afrontamiento de vuestro Momento Presente, un momento cargado de dureza, de malestar y de Sufrimiento para todos, en mayor o menor medida.
La pausa de la autocompasión puede realizarse en cualquier momento del día, de manera informal, siempre que lo necesites. El ejercicio se desarrolla así:
- Piensa en una situación de tu vida que represente dificultad, algo que esté provocándote estrés. Perfectamente, puedes usar alguna situación vivida durante el Estado de Alarma. Tráela a la mente, reproduciéndola lo mejor que puedas, y mira si puedes sentir realmente el estrés y las emociones desagradables en el cuerpo.
Ahora, dite a ti mismo/a:
- Este es un momento de sufrimiento.
- Esto duele.
- Esto es angustia, estrés, ansiedad…
Esto es atención plena al cuerpo, a lo que siento y experimento. Soy consciente de mi dolor.
- Normaliza todas esas sensaciones. El sufrimiento es parte de la vida y como tal, todos los seres humanos nos hemos sentido así en algún momento, como es el caso en el que nos encontramos ahora. Esto es la humanidad compartida. Ahora dite a ti mismo:
- Otras personas se sienten así.
- No estoy solo/a.
- Todos luchamos en la vida.
- Todos lo estamos pasando mal.
- Ahora, coloca las manos sobre el corazón, sintiendo su calidez y su amabilidad en el pecho. Alternativamente, usa un gesto que sepas que te tranquilice y te haga sentir bien: te puedes acariciar las manos o autoabrazar, por ejemplo. Dite a ti mismo/a: Que pueda ser amable conmigo mismo/a. También puedes preguntarte “¿qué es lo que necesito escuchar en este momento para expresar amabilidad hacia mí mismo/a?”. Puedes imaginar las frases que le dirías a un ser amado que lo esté pasando mal y aplicártelo a ti. Por ejemplo, podrían serte útiles:
- Que pueda llevar esto de la mejor forma posible.
- Que pueda ofrecerme la compasión que necesito.
- Que pueda darme el cariño que necesito en este momento difícil.
- Que aprenda a aceptarme como soy.
- Que pueda perdonarme por aquello que hice o no hice.
- Que sea fuerte.
- Que sea paciente.
- Que tenga serenidad.
Este ejercicio te reportará la PAZ que tanta falta hace para poder seguir hacia adelante. No es momento de reproches ni de ser verdugos de nosotros mismos. Es momento de aparcar la autoexigencia y cambiarla por el autocuidado, y este ejercicio puede ser un comienzo para nutrirte de SALUD.
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