No es muy difícil escuchar por parte de algún familiar o amigo el típico «si sabes cómo me pongo o cómo me afecta por qué me dices esto o haces aquello, o no hagas esto otro»…

Es más, en ocasiones nosotros/as mismos/as lo usamos hacia los demás-y yo misma, por muy psicóloga que sea-.
Esta actitud VICTIMISTA, lejos de empoderar a la persona de su propia vida, dificulta el proceso de toma de decisiones y culpabiliza a los demás de su situación.

Esto puede poner en “STOP” a la persona, ya que siempre esperará que alguien “lo salve” de su situación, aquello que le frustra y le gustaría cambiar. 

En circunstancias donde se tenga “ese ángel de la guarda”, será muy fácil y cómodo, no obstante, nunca se entrenarán las habilidades necesarias para tomar las riendas de la vida en el momento que uno lo estime oportuno. 

Estaremos a merced de que los demás nos “rescaten” y si, además nadie quiere ofrecernos esa “ayuda”, podemos quedarnos estancados, compadeciéndonos y sintiéndonos desgraciados-¿os suena?.

Todos los cambios que uno/a quiera llevar a cabo están bajo nuestra responsabilidad, y son nuestros actos los que pueden hacer probable esa situación deseada. Es ahí donde estaremos decidiendo nosotros.

La constancia, el esfuerzo y contemplar la posibilidad de equivocarse bajo el mando de uno mismo requiere valentía y salir de la zona de comodidad, pero es que solo FUERA de ese lugar es donde vendrán los cambios…

Entiendo que son difíciles los momentos de tormenta, entiendo que el miedo puede parar tu viaje por instantes…pero no dejes que lo haga para siempre.

RESPONSABILÍZATE DE TU FELICIDAD, DE TU VIAJE Y DE TUS SUEÑOS, PONTE A ELLO, esa actitud donde uno toma las riendas de su vida SÍ ESTÁ BAJO NUESTRO CONTROL…y no lo que los demás hagan con sus suertes.