Cuando una persona experimenta una situación aversiva de la que no ha podido escapar ni evitar,-pongamos de ejemplo, una situación de violencia, agresión o el momento “pandemia” que estamos viviendo ahora con la infinidad de contextos que existen y han existido-, pueden aparecer como consecuencia una serie de problemas motivacionales, conductuales y/o emocionales.
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ToggleEsto ocurre porque dichas situaciones ponen de manifiesto la falta de control, la incertidumbre, el saber que no todo está en nuestra mano y que en ocasiones las cosas suceden sin ser nosotros los causantes de esas experiencias. Y ocurre: aparece la indefensión, ese miedo que bloquea y paraliza.
Este efecto de “Indefensión Aprendida”, fue estudiado por Overmaier y Seligman en 1967 con perros: Los expusieron a shocks eléctricos sin la posibilidad de escapar ni poder evitarlos. Lo que ocurrió es que dichos perros fracasaban después en aprender a escapar de shocks en una situación diferente dónde sí era posible, y por tanto evitar los shocks. Posteriormente y en el mismo año, Seligman y Maier demostraron que este efecto de deterioro del aprendizaje de la respuesta de escape-evitación era debido a la percepción de incontrolabilidad de los shocks originales.
¿Cómo se Manifiesta en las personas? Síntomas de la indefensión aprendida:
La persona que vive una situación de las características anteriormente señaladas, se ve incapaz de escapar o huir de manera eficaz ante situaciones problemáticas. Se percibe como una persona “inútil”. Esto hace que la persona aprenda que debe cambiar su respuesta de huida por otras de sumisión, con el fin de sobrevivir o adaptarse a la situación temida o peligrosa. Los síntomas que suelen observarse en las personas con indefensión aprendida son:
- Bloqueo de la conducta.
- Se quedan pasivos, no hacen nada, con el fin consciente o inconsciente de que las cosas cambien.
- Pensamientos y creencias disfuncionales donde la persona cree no tener ningún control sobre nada, sea una situación dañina o de otras características. Tiende a magnificar sus errores y no le da importancia a sus éxitos.
- Sensación de impotencia: “las cosas no se pueden mejorar y no está en mi mano que ello suceda.” Esto hará que no intente salir de lo que está viviendo ni pedir ayuda, por lo que entrará en un círculo vicioso.
- Depresión: la indefensión aprendida puede generar cuadros graves si las circunstancias no cambian a tiempo o si no se recibe ayuda profesional.
- Aislamiento.
- Estrés.
- Desgana y apatía.
Si crees encontrarte en un momento de “Indefensión aprendida” o te sientes identificad@ con algo de lo mostrado en la publicación, PIDE AYUDA. Tanto a tus familiares, como a profesionales especialistas. En MASSVITAL contamos con un equipo de profesionales cualificados para ofrecerte la asistencia que necesitas. ¡Estaremos encantados de atenderte!