¿Qué es el MINDFULNESS y para qué sirve?

Seguramente habrás oído hablar del concepto “Mindfulness”. Puede ser que lo hayas escuchado como “conciencia plena” o “atención al presente”. Libros, estudios, publicaciones…cada vez son más las personas que se suman a su práctica o su aplicación, pero… ¿A qué nos referimos realmente cuando hablamos de Mindfulness? ¿Se puede usar para todo? ¿Es una Terapia? ¿Sirve para todo el mundo? Vayamos por partes…

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¿Cómo Podemos Comprenderlo?

Mindfulness es un término algo impreciso. Viene de ciertas tradiciones culturales, y a veces se usa para referirse a una práctica, a veces a un conjunto de prácticas, formales o informales, a veces a un proceso conductual, a veces a un rasgo de personalidad. Esta imprecisión es un obstáculo para su comprensión global.

Son varios los autores que han intentado dar una definición concreta, aquí algunas:

“La conciencia que emerge cuando se presta atención a propósito, en el momento presente, sin juzgar, a la experiencia que se desarrolla momento a momento” (Kabat Zinn, 2003)

“Observación sin juzgar de la corriente de estímulos internos y externos según van surgiendo” (Baer, 2003)

“Conciencia de la experiencia presente con aceptación” (Germer, 2007)

Resumiendo, se puede decir que se trata de prestar atención de forma intencionada a algún estímulo del entorno inmediato, ya sea externo (sonidos, objetos, etc.), o internos (sensaciones, pensamientos, etc.) y sin juzgar- es decir, sin cabida a opiniones o interpretaciones personales que influyan en la percepción de dicha situación.

¿Cómo Podemos Utilizarlo?

Desde mi punto de vista, Mindfulness es una herramienta terapéutica que debe ser usada con cuidado y cautela: No todo el mundo está preparado para conectar con según qué experiencias o emociones, y mucho menos tolerarlas o sostenerlas. Los psicoterapeutas y trabajadores de la salud tenemos la responsabilidad y el deber de saber y conocer:

Con qué técnicas contamos y cuáles son las más adecuadas para la persona que tengo delante.
Qué función cumplirá en la vida de la persona si la ponemos en uso.
Nivel de impacto que puede tener en la vida del paciente.

Y por supuesto, hay que comprobar si la persona que tenemos delante posee la habilidad de estar presente para observar, o se dispersa al primer sonido de alarma. De no ser así y con el permiso del paciente, se podrá trabajar la apertura y la práctica de dicha habilidad, para posteriormente, tomar conciencia y conocimiento de sí mismo y dar esos pasos que desea.

Por tanto, cuando decidamos ponernos en manos de algún profesional, hay que informarse de que el mismo cuenta con conocimientos y estudios dentro del ámbito científico. Y es que a esta “Moda Mindfulness” se están subiendo todo tipo de personas sin que exista ningún tipo de control.

No obstante, es cierto que esta técnica de atención plena aplicada dentro del contexto de una intervención psicoterapéutica, y manejada por profesionales de la salud, puede aportar muchos beneficios, entre los que destacan el fomento de ciertas habilidades y actitudes.

Trabajar para aprender a mantenerse en el presente -no en el pasado ni en el futuro-, permitir que surja material inconsciente para el trabajo terapéutico y responder desde la relajación entrenando primero en un sitio seguro-la propia consulta por ejemplo- dota a las personas de capacitación y autonomía para manejar sus vidas. Además, todo esto da lugar a la reacción no-catastrófica de ciertos pensamientos, sensaciones corporales y sentimientos y fomenta la creatividad en la resolución de problemas.

A su vez, Mindfulness trabaja ciertas actitudes que fomenta lo descrito anteriormente:

No juzgar, postura de testigos de la experiencia.
Paciencia.
Confianza.
No lucha, no pelear.
Aceptación: Aceptar la experiencia y las cosas tal y como son y no como me gustaría que fuesen.
Ecuanimidad o Presencia: Estar más atentos a lo que nos demanda el ambiente.
Mente del principiante: apertura, curiosidad,
No reactividad: Aprender a parar y elegir respuestas más adaptativas.
Amabilidad.

Y es que es innegable, que sin atención, estamos a merced de nuestros impulsos más primarios. Sin atención no puede llegar la comprensión, el conocimiento y mucho menos una relación sana mente-cuerpo, y por supuesto, en este contexto es imposible que se den relaciones interpersonales de calidad debido a esa desconexión y desregulación emocional.

En lo superficial, Mindfulness se ve como una técnica de reducción de estrés, pero es mucho más que eso. Su continua práctica -y si nos centramos de forma más profunda-, hablamos más bien de una técnica que da lugar a un cambio de relación con la realidad, es decir, de cómo la persona se relaciona con su contexto.

Todo esto se traduce en mayor claridad, conocimiento y coherencia en los actos de las personas, conforme a sus valores y principios, lo que desemboca en vidas más plenas y satisfechas y una mayor apreciación del placer de vivir.