Terminar una relación no es algo fácil. La mayoría de las personas han vivido alguna ruptura a lo largo de sus vidas, solo que las consecuencias psicológicas y sociales habrán sido distintas en función de cómo lo hayan manejado.
Puede ocurrir que sean las dos partes las que deciden terminar y otras solo una de las dos-lo cual es más complicado si estás en el lugar del que no desea la ruptura-.
Las causas que podemos encontrar pueden ir desde falta de comunicación, peleas, infidelidad, pérdida de amor por la otra persona, falta de sinceridad, etc.
En cualquier caso, se trata de un evento estresante que si no se maneja de forma adecuada puede tener consecuencias muy negativas.
En la siguiente publicación os voy a dar una serie de pautas que pueden ayudar a manejar lo mejor posible esta situación que de base no es agradable, pero que con las herramientas apropiadas se puede hacer que interfiera lo menos posible en nuestras vidas, hasta que volvamos a encontrarnos más estables- emocionalmente hablando- y decidamos abrirnos de nuevo a otra relación.
- Ocupa tu tiempo con CALIDAD: Necesitamos tiempo para superar una herida emocional de tales características, pero lo que hagamos realmente con ese tiempo es lo que nos hace superar este golpe. Eso de que el “tiempo lo cura todo” es una forma de dejarse abandonar a la suerte. Proponte y Haz uso de actividades reconfortantes que te nutran ahora y contribuyan de forma positiva en tu futuro.
- Ten presente tus emociones, pero no dejes que éstas invadan tu vida: Una cosa es ser consciente del estado que nos encontramos a causa de la ruptura, y otra bien distinta es encontrar en ese estado la justificación para parar tu vida. Sigue caminando: tal vez más despacio porque te cueste más cada paso, -es natural sentirse más triste de lo normal-pero recuerda que es algo situacional y momentáneo. No añadas más piedras a tu camino.
- No odies ni ensalces a la otra parte: Por un lado, puede ocurrir que te sientas enfadado/a con la que era tu pareja o también creer ser el responsable de la ruptura llegando a idealizarla como alguien superior a ti. Recuerda que es una persona con quien has compartido un determinado tiempo de tu vida, pero habéis decidido tomar caminos diferentes. FIN. Idolatrarla u odiarla solo te servirá para entrar en un bucle de pensamientos sin final, donde corres el riesgo de ser atrapado/a.
- No busques explicaciones y sigue con tu vida: Está bien que hagas una reflexión sobre qué pasó para aprender de la experiencia. Sin embargo, no es recomendable que te ofusques y pases mucho tiempo buscando explicaciones o culpables. La relación se ha terminado y lo que necesitas es reponerte y continuar. Cuanto antes sigas con tu vida mucho mejor.
- Habla y Pide ayuda si fuese necesario: Ventilar emociones es muy importante para no dejar que éstas te ahoguen o te intoxiquen. Imagina un gas tóxico que se escapa de una tubería en un lugar cerrado. Se ha de abrir las ventanas de esa habitación para que vaya saliendo poco a poco hasta que se repare esa tubería y no haya tal cantidad de gas. Lo mismo ocurre con las emociones que sentimos. Amigos o familia son buenas opciones para hacer “esa ventilación”. También puede ocurrir que nos encontremos algo “más espesos” debido a que ese gas nos nuble y nos tengan que ayudar a manejar algún asunto: papeleo, trabajo, estudios, etc.
- ¿Te desborda o te sientes perdido/a?: Pide ayuda psicológica: Los PSICÓLOGOS pueden guiarte en este proceso que a veces puede ser difícil de abordar por uno mismo, bien porque no cuentas con las herramientas o porque te encuentres bloqueado/a.
TEN PRESENTE…
Recuerda que ese dolor es situacional, y pasará… ¡Antes o después podrás volver a empezar! Sin embargo, si te dejas arrastrar, llevarás más dolor y sufrimiento a tu vida, y ya no solo a causa de la ruptura.